Motivarte para estudiar no solo depende de que te gusten las asignaturas, sino que también depende de ti.
La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta. Impulsa a la persona a realizar determinadas acciones y a persistir en ellas. Es un factor que condiciona la capacidad para aprender. Está relacionada con el interés.
Si nos falta la motivación o el interés no nos pondremos en marcha. Por ello deberás preguntarte cuáles son metas: aprobar el examen, aprender sobre un tema concreto, conseguir un título, etc.
La motivación depende de nuestra historia de éxitos y fracasos, pero también del significado que tengan para nosotros los contenidos y de sus aplicaciones.
Si te sientes desmotivado y piensas que es muy complicado lo que te propusiste, piensa que siempre puedes poner de tu parte para superar la situación. Para ello cuanto mejor te planifiques y conozcas tus aptitudes y cualidades, mejor te motivarás.
Para conocerte mejor:
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Primero haz una lista con tus pensamientos que empiecen por: “No soy capaz de….”, “Me es difícil…” y otra lista con pensamientos que empiecen por: “Soy capaz de …”, “Se me da bien…”, “Soy buen@ en …”.
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Analiza la primera lista y reflexiona cómo lo puedes cambiar, qué puedes hacer para modificarla.
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Transforma las frases de la primera lista y ponlas en positivo: “Soy capaz de concentrarme”, por ejemplo. Coloca esta lista bien visible en tu lugar de estudio y repítelas cuando tu motivación comience a descender.
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La falta de ganas para ponerse a estudiar es bastante habitual. Estas son algunas técnicas claves que te ayudarán a superarla.
1. Muestra interés por lo que estudias. Es mucho más fácil aprender aquello que te interesa, que lo que te aburre profundamente. Para conseguir que te pueda interesar aquello que necesitas aprender, deberás tener la mente abierta al aprendizaje como placer. Lees ese tema porque lo has decidido y te apetece aprender sobre él. Muestra curiosidad por lo que estás estudiando. Piensa cómo aplicar lo que estás aprendiendo.
2. Tú puedes adaptar tus gustos y habilidades. Aquello que te motiva y tus habilidades pueden cambiar, ya que se relacionan con tu forma de pensar. Si te acercas a la historia o las matemáticas con una actitud favorable, esforzándote por conocerla y disfrutar aprendiendo, seguro que te interesas por saber más. Las etiquetas influyen mucho en nuestra percepción. Cuando expresamos “nunca me han gustado las matemáticas”, “no se me da bien estudiar inglés”, estamos haciendo realidad una creencia, pues nuestro esfuerzo será prácticamente nulo. Si cambias la percepción te darás cuenta que tienes las capacidades necesarias para aprender esas materias.
3. Proponte retos. Si no te motiva una materia, plantéate como reto dominar un apartado en concreto. Lee en el libro aquello que está relacionado con ese tema, busca información en internet, aplica lo que conoces sobre el tema, pregunta al profesor o compañeros. Diviértete superando el reto. Tal vez descubras que se te da mejor de lo que pensabas.
4. Establece tus propios objetivos. El establecimiento de objetivos te dará más motivación. Plantea unos objetivos fácilmente alcanzables, ya irás aumentando poco a poco su grado de dificultad. Lo primero es que el objetivo meta sea deseable y merezca la pena. Es fundamental ser realistas y no ponernos objetivos por encima de nuestras posibilidades. Establece metas tales como cuántas secciones o capítulos planeas estudiar en un plazo de tiempo.
5. Comienza por sentarte delante del libro. No necesitarás mucho esfuerzo ni motivación. Una vez ante el libro, plantéate pequeñas metas y céntrate en conseguirlas, sin pensar en las siguientes. Por ejemplo:
- Leo el primer apartado del tema.
- Subrayo lo leído.
- Resumo, intentando explicárselo a alguien. Cuando soy capaz de explicarlo a los demás es porque lo he comprendido.
- Hago lo mismo con el resto de secciones.
6. Establece un horario de estudio. Márcate un horario de estudio que incluya todas también los descansos y repasos. Es muy importante conocer nuestra curva de rendimiento, ya que nos indicará los momentos en los que rendimos más y aquellos en los que nuestra mente necesita descansar. Te invito a leer el artículo Las 5 reglas básicas para planificar tus estudios y los vídeos de Planificación de los estudios 1 y 2, donde explico la forma de establecer el horario.
7. Prepara de forma adecuada tu lugar de estudio. Una habitación con la iluminación y temperatura adecuadas y con un reducido nivel de ruido, te invitará a estudiar. Además cuando está ordenado tu escritorio y dispones de todo lo necesario, evitarás distracciones y que disminuya tu motivación.
8. Elimina distracciones de tu alrededor. Los móviles, Ipads, tablets, ordenador… nos distraen continuamente. Por ello los mantendremos apagados y alejados, evitando la tentación de consultar si tenemos nuevos mensajes, si ha conectado algún amigo…
9. Concédete premios. Por último, recompénsate de inmediato por el trabajo bien hecho. No necesita ser algo importante, sólo cosas simples como disfrutar de una copa de helado, ver tu programa favorito de televisión o llamar a los amigos para charlar. Por supuesto, también concédete grandes recompensas cuando alcances logros importantes. Prémiate por el esfuerzo realizado. Sencillamente, te lo mereces.
10. Lee frases motivadoras. En estos tiempos de mensajes breves, nos hemos acostumbrado a motivarnos por medio de frases cortas, que son como píldoras sin efectos secundarios capaces de hacer saltar en nosotros la chispa del entusiasmo e interés.
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El mejor momento del día es ahora (Pierre Bonnard)
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Si obtienes un buen resultado es por tus conocimientos y esfuerzo.
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La mayor recompensa de la vida es aprender y eso se logra estudiando.
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Si quieres conseguir el éxito en tu vida, los estudios son un paso para conseguirlo.
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Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber. (Albert Einstein)
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¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor. (Séneca)
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Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí. (Confucio)
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Con esfuerzo y perseverancia podrás alcanzar tus metas.
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Para empezar un gran proyecto hace falta valentía. Para terminar un gran proyecto, hace falta perseverancia.
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Si quieres triunfar, no te quedes mirando la escalera. Empieza a subir, escalón a escalón, hasta que llegues arriba.
Estos 10 consejos y un poco de esfuerzo por tu parte conseguirán que alcances tus metas y el éxito.
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2 comentarios en “¿Te falta motivación?”